¿Sabías que en la mayoría de nuestros organismos se encuentra una sustancia química procedente de los envases de algunos productos que consumimos? Así es, desde hace más de 50 años se comercializa en el mercado el bisfenol A, también conocido como BPA.
El debate y la controversia sobre si esta sustancia afecta a la salud de las personas ha suscitado un movimiento que promueve un cambio de materiales. Hablamos del movimiento ‘BPA free’, un cambio social, empresarial y hasta gubernamental donde se pone sobre la mesa la sustitución del plástico por materiales más ecofriendly, tanto para el planeta como para el consumo humano. ¿Quieres saber más sobre el BPA y su problemática? Sigue leyendo porque te lo contamos todo.
El término BPA hace referencia al bisfenol A, una sustancia química industrial que se usa principalmente para la fabricación de resinas epoxi y plásticos transparentes y resistentes. ¿Te suenan de algo estos plásticos transparentes? Como ya te hemos adelantado, el BPA es una sustancia que se utiliza con frecuencia para fabricar envases para el almacenamiento de alimentos y bebidas, como las botellas de agua.
¿Qué sucede con esta sustancia química que lleva utilizándose desde los años 50 en el packaging de los productos de supermercados? Pues el problema viene cuando los investigadores demostraron que el bisfenol es capaz de filtrarse a los alimentos o bebidas con las que está en contacto. Este descubrimiento ha activado las alarmas de lobbys, empresas, y grupos sociales, dando el salto hacia un movimiento que implica un cambio.
Si algo es perjudicial para la salud, ¿no será mejor evitarlo? Las evidencias científicas demostraron que la estructura molecular del BPA es capaz de alterar el sistema endocrino de las personas. Sí, como lees, un elemento que ha estado presente desde hace más de medio siglo en productos que consumimos diariamente, desde ese paquete de patatas fritas hasta el agua embotellada.
Aunque la seguridad del BPA sobre la salud ha suscitado más de un debate entre empresas e investigadores, los últimos estudios demuestran que los bisfenoles junto a otras sustancias son causantes de la contaminación de los alimentos que aíslan, y por ello, su consumo puede suponer un peligro para la salud humana.
Estos descubrimientos han dado paso al movimiento BPA free, un cambio tanto para la industria alimentaria como para la del plástico, y que beneficia tanto al planeta, como a la salud de las personas. Este movimiento se centra en la eliminación del bisfenol dentro de las composiciones plásticas y además, ha servido como megáfono social para impulsar el paso hacia un consumo libre de plásticos.
El BPA es una sustancia capaz de dar firmeza y robustez a los plásticos, por ello se utiliza en envases como las botellas de agua. Hace poco te contábamos por qué no se deben rellenar las botellas de plástico de un solo uso, uno de los motivos era que poco a poco los componentes de las botellas se diluían en el agua y al ingerirse, esas partículas y compuestos terminaban en nuestros organismos.
Lo mismo ocurre con el BPA, al entrar en contacto con líquidos, el bisfenol pasa a ellos y es consumido. Aunque la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha concluido que la cantidad ingerida diariamente de BPA por una persona no supone un riesgo directo para la salud de los consumidores. Aun así es cierto que este compuesto es un disruptor endocrino y a largo plazo podría constituir efectos adversos.
El movimiento BPA free incentiva el uso de otros materiales inocuos para la salud, por ejemplo:
Si te encuentras ante la necesidad de comprar algún producto que esté envasado en plástico, revisa su envoltorio y asegúrate de que indique que no contienen bisfenol A. Poco a poco, son cada vez más los fabricantes que deciden etiquetar sus productos con esta información.
Otra forma de detectar este compuesto es a través de los códigos de reciclaje marcados en la base de las botellas de plástico o en la parte trasera de algunos envases. Estos códigos corresponden a un triángulo formado por flechas en cuyo interior se sitúa un número, si este número corresponde con el 3 o el 7, ese producto puede contener BPA.
Además, ten en cuenta que el calor no es un buen aliado del bisfenol A. Evita calentar recipientes plásticos en el microondas o exponerlos ante altas temperaturas. ¿Por qué? Porque al exponer el BPA a altas temperaturas, este material se descompone y permite filtrarse con mayor facilidad en los alimentos o líquidos con los que está en contacto.
Como solemos recomendarte desde Tuawa, siempre que puedas opta por opciones que no contengan plásticos. Si te apetece fruta, compra en la frutería de barrio donde la venden sin envoltorios, si necesitas comprar, lleva tu bolsa reutilizable a la compra, y para beber agua, opta siempre por utilizar botellas reutilizables como las de cristal. Recuerda que la utilización de agua filtrada puede ayudarte en este proceso, ya que reduce considerablemente el consumo de agua embotellada.
El movimiento BPA free ha iniciado un cambio en el que muchas empresas comienzan a buscar alternativas a los plásticos convencionales, lo que facilita a los consumidores encontrar en el mercado sustitutos al plástico de forma más sencilla, y que a largo plazo no conlleven posibles riesgos para la salud.
