Existen muchas variedades de infusiones, influenciadas por distintas culturas culinarias y zonas geográficas, pero a lo largo y ancho del planeta el ser humano se ha reconfortado con una bebida caliente y aromática desde hace siglos.
Algunas, como el café o el té, requieren de unos cuantos pasos a respetar para extraer el máximo de sabor y aromas, otras sin embargo son mucho más fáciles de preparar. Aún así, elaborarlas es algo más que calentar agua con un puñado de hierbas aromáticas. Queremos darte unos cuantos trucos para potenciar el sabor de tus infusiones y darles un toque especial que te permitan disfrutarlas aún más.
Cómo preparar té y otras infusiones
Por supuesto, utilizar ingredientes de primera calidad es el primer paso, y en ese sentido te aconsejamos utilizar agua del grifo filtrada a través de de nuestros filtros de carbón activado. Y es que las infusiones no solo huelen y saben bien, sino que te pueden aportar nutrientes con interesantes propiedades. Si sumamos estos beneficios a los del agua del grifo, de excelente calidad y sabor tras pasar por un filtro Tuawa, obtenemos una bebida muy interesante.
Antes que nada, sigue las recomendaciones que el envase de tu infusión te aconseje: especialmente para el caso del té, no excederse de los minutos de infusión recomendados será clave para que el resultado final esté lleno de matices sin astringencia.
Por regla general, el té no se suele infusionar más allá de unos 2 o 3 minutos, mientras que otras hierbas aromáticas deben reposar durante unos 5 o 10 minutos para lograr transferir al agua de cocción todo su sabor. De cualquier modo, pasarse con el tiempo de cocción estropeará el sabor de cualquier infusión.
Lo habitual es calentar el agua en un cazo en el que se depositen las hierbas o verter el agua caliente en la taza en la que se deposita un filtro relleno de la mezcla de hierbas y vegetales. Puede ser la típica bolsita de té (normalmente elaborada con celulosa) o un filtro individual. También se puede insertar un filtro en una tetera en la que verter el agua.
Normalmente bastan unos 4 gramos de hierbas para unos 250 ml de agua, que deberá estar casi a punto de ebullición, a la temperatura en la que empezamos a ver finas burbujas (no es necesario que hierva).
Infusiones frías y aguas aromáticas
Si te sobra infusión, puedes guardarla en un recipiente y meterla en el frigorífico para disfrutarla fría. Recomendamos utilizar envases de vidrio o cristal no solo porque mantienen el sabor intacto de las infusiones, sino también porque evitando la utilización de envases plásticos estamos contribuyendo a solucionar una buena parte de los problemas que afectan a nuestro medio ambiente.
En cuanto a las aguas aromáticas, se diferencian de las infusiones en que no es necesaria la acción del calor para transmitir aromas y sabores al agua, basta con añadir los ingredientes y dejarlos reposar unos minutos. En verano son un aliado perfecto contra la sed y se pueden elaborar con multitud de frutas y vegetales, como pepino, menta, melocotón, limón, fresas y un largo etc.
Trucos para potenciar su sabor
Para quienes no son aún muy aficionados a las infusiones, puede ser una buena idea potenciar su sabor añadiendo algún ingrediente extra:
- Leche: algunos tés se elaboran tradicionalmente mezclando leche y agua. De ese modo la infusión adquiere más cuerpo y aromas extra. Es muy tradicional utilizar esta combinación en el típico té chai o en los tés de desayuno ingleses. Esta se puede sustituir por bebidas vegetales.
- Azúcar y endulzantes: el azúcar suele acompañar a las bebidas calientes, pero lo cierto es que no todos pueden o quieren ingerir bebidas azucaradas. La miel también es un ingrediente endulzante interesante que incluso aporta otros matices de sabor pero al estar formada básicamente por azúcar, puede tener los mismos problemas que este. Existen en el mercado muchos edulcorantes alternativos al azúcar como la estevia o el aspartamo que pueden darle el toque definitivo a una infusión, aunque no conviene excederse en las cantidades.
- Jengibre: esta raíz tan aromática puede transformar un té o infusión aburrido en un auténtico placer, simplemente cortando unos pequeños trozos (una cucharada) y dejándolos infusionar en la taza (sin extraerlos para beber).
- Limón y otros cítricos: el limón es un acompañante habitual del té, pero la corteza de naranja o mandarina pueden aportar aromas muy fragantes que lo complementan y recuerdan a recetas tradicionales de la Navidad.
Beneficios de las infusiones
Las propiedades de las infusiones coinciden con las de las hierbas y elementos que las integran, y además pueden ser grandes aliados para nuestra hidratación aportando un toque extra de sabor. Muchas de ellas suelen beneficiar a nuestras vías respiratorias y facilitar nuestra digestión, así como nos aportan un toque extra de tranquilidad o de energía.
En una época como esta, en la que la preocupación por nuestra salud se ha multiplicado por efecto de la crisis sanitaria, beber infusiones calientes que alejen las molestas irritaciones de nuestra garganta es una buena manera de prevenir inquietudes. ¡Te esperamos en nuestro blog con muchos más consejos!
Fuentes:
https://www.teterum.es/magazine/infusiones-origen-variedades/